Errores y recuerdos que se van acumulando. El tiempo sigue pasando y no los borra, los ancla con fuerza en nuestra memoria. Castigos eternos que nos encierran.
Preguntas totalmente carentes de sentido. ¿Por qué dudo de tu presencia si tengo claro que ya no estás? Da igual a dónde mire, la respuesta va a seguir siendo la misma. Pobre parte ilusa aún buscándote, que asuma ya que te marchaste.
Y yo prefiero pensar que todas estas desilusiones tienen un sentido. Que siguen una senda con destino. Y así, con cada fracaso me acerco más a la victoria.