lunes, 20 de agosto de 2012

Donne-moi un peu plus...


Tú, y tu intensidad modulable: un día eres suave, y al otro me posees salvajemente.
Tomo de ti cuanto quiero, sin medir cantidades. Me invitas con la mirada a beberte, hasta la última gota.

A veces me mantienes despierta toda la noche; actividad sin límites. Risas y vueltas entre las sábanas. Suplico que me dejes perderme entre tus brazos, y asientes, agarrándome.
Otras veces no surtes el efecto buscado y no ayudas: sólo amargas.

Y aún así, eres tan adictivo... Ni quiero ni puedo dejarte.
Donde, como y cuando quieras; en la cama, en la mesa o en la encimera.

-Otra taza de café, por favor.

martes, 14 de agosto de 2012

High heels running through the street




Anda dando tumbos en medio de la oscuridad, con la sonrisa invertida. Agarra su cabello con ansiedad, culpándose por todo. Un taconeo que retumba por toda la calle de desgastados adoquines y melanólicos charcos. Se agarra a las puntiagudas esquinas para evitar caer y acaba por los suelos, dolorida por las aristas que la atraviesan. Tantas heridas que no cicatrizan, acabarán por llegar hasta sus huesos. Se tira sobre su cama. Sus oídos se inundan de música; abraza su almohada. Finalmente cae rendida, con los ojos encharcados, madrugada tras madrugada. 
Quién sabe lo que le deparará el mañana. 



Y esta entrada está llena de paralelismos. Quien quiera entenderlos, libre sea. Quien no quiera verlos, que tape sus ojos.