Vueltas, vueltas por doquier. Miro la ventana. Giro a la derecha, me destapo; giro a la izquierda y a la almohada me abrazo. Miro el reloj que pasa lentamente, poco a poco. Otro minuto más es sumado. Abro los ojos como un búho mientras observo los colgantes del techo en la penumbra. Junto los párpados a presión. Quiero dormir, quiero conciliar el sueño. Intento callar mi cabeza pero no soy capaz y montones de pensamientos vienen y siguen llegando. Sigo dando vueltas; no recuerdo cuándo conseguí dormir, caería por puro cansancio.
Así noche tras noche.
Necesito dormir, la madrugada se hace demasiado larga.